Lo fatal. Rubén Darío

martes, 13 de marzo de 2012
 LO FATAL
A René Pérez
Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo, 
y más la piedra dura porque esa ya no siente, 
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo, 
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.
Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto, 
y el temor de haber sido y un futuro terror... 
Y el espanto seguro de estar mañana muerto, 
y sufrir por la vida y por la sombra y por
lo que no conocemos y apenas sospechamos, 
y la carne que tienta con sus frescos racimos, 
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,
¡y no saber adónde vamos, 
ni de dónde venimos!...
Rubén Darío, 1905 

Me encanta esta poesía porque más de una vez he pensado que me gustaría ser piedra por todo eso de no sufrir y no tener preocupaciones pero también hay que pensar que, una piedra no puede sentir. Ya sé que hay muchos sentimientos malos: ira, tristeza, nostalgia... pero también los hay buenos. Sé que no todo el mundo puede criarse en una familia, pero yo no se que sería de mi si no sintiera el cariño de mis padres, hermanas o amigos. Seguramente si no tuviese a todas estas personas tendría a otras, que aunque no fuesen mis padres o hermanas me mostrarían aprecio y cariño, pero el vacío estaría ahí.

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